En el lenguaje simbólico de la astrología, la Luna representa nuestras emociones, la forma en que damos recibimos cariño, nuestro refugio emocional y nuestras necesidades más básicas e instintivas. Y las casas, que dentro del mandala zodiacal son ámbitos de vida, se relacionan cada una de ellas, por analogía, con un signo zodiacal.
Así, la Casa IX es el ámbito de los viajes largos, los estudios superiores, y todo aquello que me expande, y se la relaciona con Sagitario y con Júpiter.
Seguí leyendo para saber un poco más acerca de cómo se manifiesta la influencia lunar a través de las experiencias de la Casa IX.
Cómo son las personas con Luna en Casa IX
El mecanismo de refugio de las personas con Luna en Casa IX está en conectarse con aquello que es en potencia, lo que está mas allá y me expande: los viajes, los estudios académicos, la filosofía, etc.
Tienen una gran sed de aventura y el deseo de explorar nuevos horizontes. Sienten que su mundo emocional se enriquece cuando están vinculadas a experiencias que amplían su comprensión del mundo y la propia existencia, la diversidad cultural y la exposición a diferentes perspectivas del mundo.
Pueden sentirse atraídos por sus profesores o maestros de vida, ya que esas cualidades les genera seguridad, y por ende les atraen ese tipo de personas.
Suelen ser el eterno estudiante, aunque a veces se transforman en el maestro, pero en términos energéticos es mas o menos lo mismo.
Talentos de la Luna en Casa IX
Su mayor talento es su confianza y optimismo, el cual tienen la capacidad de transmitir a los demás. Esto los convierte en grandes líderes, ya que tienen el don de comunicar su visión de la vida.
Es una Luna que tiende a abordar las emociones con un sentido positivo, incluso en los peores momentos, con la firme creencia de que las experiencias emocionales positivas se encuentran en la exploración constante.
Desafíos de la Luna en Casa IX
El gran desafío de las personas con Luna en IX es que pueden quedarse pegados a eso que les da seguridad, ya sea estudiar (y acabar siendo el eterno estudiante) o viajar (y acabar siendo el eterno nómada), o quedarse pegados a una creencia, y así perderse de profundizar en sus emociones.
Pueden quedarse pegados en el discurso new age del “todo fluye”, y cuando eso no sucede, cuando las cosas se estancan y realmente no fluyen, es todo un desafío para estas Lunas.
Así, la gran lección para el desarrollo personal será tomar contacto con ese “no está todo bien”, darse cuenta que no siempre pueden saber cual es el norte, y aprender a integrar sus emociones con ese ansía de búsqueda de conocimiento y expansión.
En resumen, esta es una posición astrológica que nos invita a explorar el mundo y nuestras emociones de manera simultánea, encontrando riqueza emocional en la diversidad y la expansión constante.
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Por Leandro Liptak y Josefina Schatz