Esta semana del 11 al 17 de noviembre viene cargada de eventos astrológicos que nos invitan a reestructurar nuestros vínculos, asumir responsabilidades y explorar nuestras emociones más profundas.
Por un lado, el día 11de noviembre tendremos el ingreso de Venus a Capricornio y 4 días después, el 15 de noviembre, Saturno (regente de Capricornio) se pone directo en el grado 12 de Piscis. Además, ese mismo día tendremos una potente luna llena en el eje Tauro/Escorpio (grado 24 de Tauro) iluminando el cielo.
Veamos cómo estas influencias astrológicas pueden impactar en nuestras vidas y qué mensajes nos ofrecen.
VENUS INGRESA A CAPRICORNIO
Si leíste el artículo anterior sobre los tránsitos de Saturno a Venus Natal, este ingreso de Venus a Capricornio puede sentirse muy parecido (aunque muchísimo más suave, por supuesto).
Capricornio es un signo de tierra que busca la estabilidad y la seguridad, y Venus en este signo nos anima a ver nuestras relaciones y deseos de manera más pragmática. Es un momento para preguntarnos qué queremos construir en nuestras conexiones y si estamos dispuestos a asumir compromisos reales y a largo plazo
Venus en Capricornio nos invita así a conectar con nuestra responsabilidad afectiva, por un lado, y también con nuestros valores y recursos materiales por otro. Ver donde estamos parados en el ámbito de la pareja o cualquier relación par y evaluar hacia dónde queremos seguir moviéndonos, que metas queremos alcanzar respecto de ese vínculo.
También es un buen momento para plantearnos metas realistas en cuanto a nuestra autovaloración y amor propio, y ya que estamos llegando a fin de año, empezar a hacer un balance de nuestros recursos materiales y organizarnos para arrancar con todo el 2025.
SATURNO SE PONE DIRECTO EN PISCIS
El día 15 de noviembre, Saturno, planeta de la disciplina y la estructura, se pone directo en el grado 12 de Piscis, después de haber estado retrógrado desde hace varios meses.
Ya hemos hablado de que cuando un planeta está retrógrado se da una especie de “revisión” respecto de las temáticas que toque en nuestra carta natal.
Al cambiar de dirección y volver a ponerse directo, llegamos al momento en que las lecciones y desafíos que hemos estado experimentando durante la fase retrógrada comienzan a aclararse.
Saturno en Piscis nos ha estado enseñando a ser responsables con nuestras energías emocionales y espirituales, a establecer límites saludables y a comprometernos con nuestros sueños de manera práctica. Al ponerse directo, sentimos que podemos avanzar con más claridad y determinación en estos temas, dejando atrás la confusión o el estancamiento que pudo habernos acompañado durante el período anterior. Es un momento para concretar nuestras visiones y trabajar con seriedad en aquellas metas o proyectos que requieren dedicación y perseverancia.
La combinación de Saturno en Piscis y Venus en Capricornio nos impulsa a encontrar un balance entre nuestra vida práctica y nuestras aspiraciones emocionales y espirituales. Nos ayuda a entender que para lograr un cambio verdadero necesitamos disciplina y constancia, tanto en nuestras relaciones como en nuestra vida interior.
Si tenes algún planeta cerca del grado 12 de Piscis (o cualquier signo de la cruz mutable: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis) podés sentirlo con más fuerza, porque estarás teniendo un tránsito tenso de Saturno a ese planeta en particular.
LUNA LLENA EN TAURO
El mismo día en que Saturno se pone directo, tenemos una luna llena en el signo de Tauro, en el grado 24, iluminando el eje Tauro/Escorpio.
Ya hemos hablado anteriormente de que las lunas llenas son momentos de culminación, claridad y, en algunos casos, de cierre de un ciclo que se inició 6 meses atrás, con la luna nueva en el mismo signo.
Esta luna llena en Tauro nos invita a encontrar un equilibrio entre nuestras necesidades de seguridad material y emocional (Tauro) y nuestra capacidad de soltar y transformarnos (Escorpio).
Esta lunación trae una energía intensa y sanadora, que nos puede ayudar a terminar de identificar eso que venimos trabajando desde hace 6 meses, que sabemos que ya no pertenece en nuestras vidas, y a dejarlo ir con gratitud. Tauro representa lo que nos da estabilidad, mientras que Escorpio nos empuja a enfrentar nuestras sombras y a aceptar el cambio. Este es un momento ideal para reflexionar sobre nuestros apegos, tanto materiales como emocionales, y para hacer un trabajo profundo de transformación interna.
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Por Leandro Liptak y Josefina Schatz