¿Qué pesa más?
Lo típico cuando uno comienza a leer su carta natal o aprender astrología es encontrarse con que no sabemos si un factor va a tener más peso que otro. ¿Tengo que centrarme en lo que dice mi Luna en Capricornio, o mi Mediocielo en Cáncer? ¿Pesa más mi Sol en Casa 10 o mi Ascendente en Acuario? La cuestión no es tanto qué tiene más peso, sino qué es aquello que requiere atención para desplegarse. Por ese motivo, yo creé un término que me gusta llamar direcciones de la carta natal. Tiene que ver con la lógica de la Vida, que si bien es circular, propone también siempre un norte, compuesto de diferentes brújulas. ¿Cuáles? Seguime que te cuento.
El ascendente
Esta es la dirección fundamental. El norte más básico. Esto quiere decir: quizás no estás yendo en esa dirección, pero deberías. Acá casi no hay excepción: en toda lectura de carta sabemos que las cualidades del AC deberían cultivarse como temática de vida, hasta que constituyan (energéticamente siempre lo han hecho) el «sello» personal de ese ser humano.
El nodo norte
La segunda dirección es mucho más sutil, y es la planteada por el nodo norte o cabeza de dragón. Deberíamos cultivar en nosotros las cualidades del signo y casa en que se encuentra. Eso requiere primero, sembrar. Y para sembrar hay que labrar la tierra, que sería algo así como ir alejándonos del nodo sur, tomando perspectiva. Eventualmente, más adelante, llegaremos a entender que en realidad es un «ida y vuelta» entre esos dos extremos (el norte y el sur).
Júpiter
Conectar con nuestro júpiter tiene algo de «vocacional», porque las cualidades de su signo y casa nos inspiran, nos ensanchan, y nos permiten así también fluir e inspirar a otrxs. No debería ser dejado de lado.
Saturno
Imposible evadirlo: tarde o temprano, el área de nuestra Carta Natal donde está Saturno se hace presente, y así también le da continuidad y sostén a nuestra vida. Pero son aprendizajes que llegan de a poco, con cuentagotas. De todos modos, tenemos la capacidad de llegar a penetrar tanto en las leyes ocultas relativas con su signo y casa, que se vuelve para nosotros parte de nuestra estructura más necesaria.
Plutón
Finalmente, la dirección de Plutón. Ya con Saturno costaba relacionarse, porque las cualidades que trae no se nos ha enseñado a incorporarlas sin generar antes grandes cantidades de rechazo o resistencia. Imaginate con una energía tan transpersonal como Plutón. Por eso, la Casa donde está en tu carta no es una a la cual (en principio al menos) quisieramos ir y vivenciar frecuentemente. La paradoja es, que allí mismo está toda la vitalidad que el resto de nuestra vida necesita. No podemos evadir este tipo de experiencias.
Creo fuertemente, en línea con lo que dice el famoso astrólogo Jeff Green (estudioso de Plutón) que es preciso reconocer la necesidad de este área en nuestra vida. Así, veremos que aquí hay algo que nos magnetiza y nos parece muchas veces demasiado absorbente pero que si aprendemos a ponerle algunos bordes sanos, podemos darle continuidad. Así, nos aseguramos una regeneración periódica, con toda la vitalidad que se desprende de eso. Aprender Cambiar la piel en forma regular, tiene muchísimas ventajas. Y así también nos convertimos en grandes dadores de energía para los demás. Un ejemplo de Plutón viviente: Tony Robbins, el coach más famoso del mundo.
El Sol
Si bien no considero al Sol una dirección de la carta, sí me pareció pertinente cerrar este artículo mencionándolo. El Sol es nuestra batería interna (Plutón en pequeño). Si no conectamos con él (con su signo y casa), también puede que nos encontremos faltos de vitalidad. Así que, como diría una letra del rock nacional argentino: «a brillar, mi amor!».
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